lunes, 26 de marzo de 2012

Historia y origen del roscón de reyes

 

El otro día, caminando despreocupadamente por la calle Alcalá, me paré frente al Animari para contemplar un cartel que ya me había llamado la atención anteriormente, pero que no había leído. Dicho cartel venía acompañado de una sabrosa y detallada imagen de un enorme roscón de reyes. Como ese día no tenía demasiada prisa, me paré y comencé la lectura del breve pero interesante texto.

El cartel aclaraba cual era el origen real del roscón de reyes y explicaba a su vez la tradición simbólica de dicho alimento.Como ya habréis supuesto, no tiene absolutamente nada que ver con las fiestas navideñas, al menos directamente. Esto ha sido un invento relativamente reciente a la par que consumista para vender en exceso y llenarnos la tripa.

En su origen, el roscón de Reyes no tenía nada que ver con tal día, ni siquiera con la Navidad, es más, ni siquiera con los niños. En realidad, el origen del roscón de reyes se remonta a la época romana, en concreto a unas fiestas, Las Saturnales, o “fiesta de los esclavos” que se celebraban a mediados del mes de diciembre en honor al dios Saturno, deidad de la agricultura, y lo que se celebraba era el fin del período más oscuro del año, luego llegaban la “fiesta del Sol” hasta final de mes, en que celebraban el nacimiento del nuevo período de luz, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de Invierno), era el periodo que significaba el final de los trabajos del campo, finalizada la siembra de invierno, los campesinos, incluidos los esclavos tenían tiempo para descansar y reponerse del esfuerzo y se les premiaba con unas tortas redondas, hechas con higos, dátiles y miel que también se repartían entre los pobres.
 

En las tortas, se escondía un haba seca que representaba la prosperidad, quien la encontraba, si era esclavo, quedaba libre ese día, además de pasar a ser tratado como un rey.En el siglo IV la Iglesia institucionalizó el día de Reyes en Occidente y esas fiestas paganas se convirtieron en cristianas, quedando en el olvido que el origen de las mismas, fueron las fiestas del solsticio de invierno.Y mientras la costumbre empieza a perderse por otros sitios, en Francia la fiesta se empieza a celebrar, aunque ya los protagonistas son los niños.

El día 6 de Enero, se celebra la fiesta llamada Le Roi de la Fave, (el rey del haba). Ese día se elaboran dulces y se esconde dentro un haba, el niño que la encuentra se le nombra Rey de Reyes, se le ofrecen regalos y durante ese día es mimado por todos.Y llegamos al reinado de Luís XV. En la Corte, un cocinero de origen eslavo, quiso hacerle un regalo al Rey el día de Reyes (el rey Luís XV comenzó a reinar con 5 años, aunque la regencia la ostentaba el Duque de Orleáns) y le preparó un roscón tradicional de su tierra, pero con una sorpresa en su interior: y es que resulta que en colaboración con otros miembros del servicio del rey había comprado un medallón de de diamantes y se le ocurrió ponerlo dentro. El rey Luís XV, niño al fin y al cabo, quedó encantado con el dulce y se dedicó a propagarlo entre la aristocracia francesa y europea, eso sí, con una moneda dentro en vez del medallón de diamantes que a él le habían regalado.

En España, fue el rey Felipe V, tío de Luís XV, quien lo introdujo y muy pronto, se fue convirtiendo en una de las costumbres más populares.Y poco a poco la costumbre fue pasando de los nobles al pueblo llano, siendo Madrid y Sevilla las ciudades más importantes en adoptarlo y perfeccionarlo si cabe. Y luego, poco a poco, se fue extendiendo por todo el país y por sus colonias (sobre todo México).Pero en el camino había perdido, digamos su origen; El Haba, hasta que los reposteros catalanes la incluyeron de nuevo por su significado, puesto que el haba simboliza la regeneración, el resurgir de la vida, el año nuevo.Y es en el siglo XIX cuando la moneda se empieza a sustituir por una figurita.Y ya llegamos al significado actual: La persona que recibe en su pedazo de Roscón la figurita, tendrá suerte durante el año nuevo, ya que los Reyes Magos le conceden protección. En cambio, el que recibe el haba tendrá que pagar el postre.


En este tiempo de crisis y de egoísmo no nos vendría mal dejarnos insuflar el auténtico espíritu que acompañaba antiguamente al dulce, y tratar a la gente, aunque sólo sea por un día, con dedicación y respeto.Tampoco viene nada mal tratarse a uno mismo como un rey de vez en cuando, los caprichos hay que aprobecharlos.