sábado, 27 de octubre de 2012

Dalí vuelve a la plaza



 
Hola amigos/as, la entrada a la que hoy me dedico va a tener cierta base periodística que espero que no moleste a nadie y consiga agradar a alguno. El ser humano, como ya habréis podido comprobar a lo largo de vuestra vida, tiene varias vías para poder expresar sus sentimientos además del famoso diván. Las personas contamos con una amplia libertad de expresión que puede desembocar en la prensa, en la literatura, en el baile y en el canto (esto hoy en día esta muy de moda en los programas de tv españoles, no hay nadie a quien no le den una oportunidad  para probar suerte en algún programa escandaloso y ordinario, con jurado incluido, eso sí, para destripar y humillar a los participantes o bien para darles una palmadita en la espalda y ya de paso algún inflamiento de ego, ya no sé que es peor sinceramente) en la actuación o en la pintura y artes plásticas.

Es en este último punto donde pienso detenerme para mostraros una noticia que cubrió un servidor en la famosa plaza de Dalí. Pero repasemos antes un poco la vida y la obra de este loco artista. La influencia de Salvador Dalí además de la pintura, ha llegado a campos como los del cine, donde hubo una colaboración con Disney ,con Buñuel y un proyecto de Dune con Jorodowsky (otro genio desequilibrado) que terminó estancado.

Salvador tuvo contactos con la literatura ya desde su etapa estudiantil, donde ejerció de editor en una revista con un grupo de amigos, no podemos olvidar la relación directa entre el catalán y la Generación del 27,cabe destacar especialmente el vínculo íntimo que unía a Salvador y a Federico García Lorca; dejo un link explicativo para aquellos que no estén puestos en el tema http://blogs.periodistadigital.com/arte.php/2010/09/23/p279656
 
En este artículo de Daniel Giralt se recoge la faceta de Dalí por la pluma, el texto confirma sus aspiraciones de realizarse como escritor
 
Y desde luego, tampoco hay que olvidar, que fue a través de un libro, La Interpretación de los Sueños, de Sigmund Freud, donde Dalí descubrió la semilla del surrealismo que más tarde haría germinar dando numerosos frutos.

La fotografía también tuvo el honor de ser otro de los medios del catalán, quien colaboró con Philippe Halsman en una imagen que pasaría a la historia por ese movimiento y caos tan bien captados. Aquí tenéis el desorden mágico donde aparece el maestro. Para conseguir  la fotografía se tuvo que invertir 5 horas, viendo el resultado no es de extrañar.


Dalí Atómicus

Las artes escénicas despertaron también el interés de este polifacético autor, quien fue el encargado principal de diseñar los figurines y la escenografía del Don Juan Tenorio de 1949. En el siguiente vídeo podemos observar los aportes que surgieron de la mente de Dalí para la conocida obra de teatro.

 
A continuación, en la imagen de abajo podéis ver una fotografía de los trajes creados por Dalí y Picasso para las artes escénicas, expuestos en el museo de Santa Cruz en Toledo.
 
 
El maestro reveló en varios periodos de su vida y arte una profunda afición por las matemáticas y las hipótesis científicas. Sus cuadros eran muchas veces una prolongación de las teorías de grandes científicos como Dennis Gabor,  Albert Einstein, René Thorn o Jim Watson y Francis Crick. En el siguiente documental se explica la combinación de estas dos facetas, pintura y ciencia. Si tenéis tiempo os recomiendo ver todas las partes del vídeo.
 
 
Es lógico que  multitud de artistas se rindan continuamente ante este inmenso legado artístico y busquen un toque, una marca o una influencia relacionada con el pintor surrealista, con el pintor metafísico, con el pintor religioso, con el pintor anamorfista, con el pintor hiperrealista  y con la suma de todas las ramas y estilos que Dalí aglutinó. La fama internacional que el genio español consiguió es bien merecida, no sólo por su carácter intelectual y vanguardista, sino por su propia personalidad, por ese cerebro irrepetible que al parecer coexistía en varios mundos. La fascinación por el personaje ha creado imitadores a lo largo y ancho del mundo. Últimamente ha cobrado importancia el autor ruso Vladimir Kush, claro descendiente del dalinianismo. Podéis juzgarlo vosotros mismos en los siguientes cuadros.  
                                                                                                                   
 




 
Aquí en Madrid también seguimos manteniendo vivo el recuerdo del maestro. Este mes pudimos apreciar un rico homenaje de Salvador Dalí en la plaza homónima, en el barrio de Salamanca, como mencionaba al principio de esta entrada. Frente al Dolmen de Dalí se convocó un concurso de pintura con un objetivo, plasmar la obra desde una nueva perspectiva. En mi noticia podréis informaros con todo lujo de detalles sobre el evento, los participantes y el ganador del premio. En el artículo se incluye también una fotogalería de todos los proyectos que compitieron ¡Echarle un ojo!
 
Me despido una vez más, dejando un mítico documento audiovisual de 1977, se trata de una entrevista concedida por el pintor a rtve en el programa "A Fondo". Espero que esta nueva entrega del Diván de las desdichas os haya resultado instructiva y que como yo, hayáis redescubierto la calidad y la poderosa influencia del padre del surrealismo. Hasta pronto.
 


domingo, 7 de octubre de 2012

El poeta canadiense


Saludos lectores, regreso tras un periodo de parón debido a distintas responsabilidades que me han mantenido ocupado y que posiblemente volverán a retenerme en un futro próximo. Pero centrémonos en el presente. Esta vez mi interés ha dejado de lado las injusticias que nos rodean, los atropellos sociales que vemos día a día y la subnormalidad humana. De hecho, este texto está dedicado justo a lo contrario, a la virtud, en este caso representada en un hombre sencillo, respetuoso y talentoso. Doy paso pues al mesías del folclore musical, y no, no es Bob Dylan.
 
El viernes la ciudad de Madrid tuvo el placer de acoger en el Palacio de los Deportes a una de las figuras más emblemáticas del folk y del rock. El famoso cantautor Leonard Cohen visitó una vez más nuestras tierras para deleitarnos durante cuatro horas con su amplio repertorio. El concierto, que se dividió en dos partes, permitió al compositor presentar su nuevo disco “Old Ideas” así como recuperar todos sus grandes clásicos.

La puesta en escena del directo fue sobria y efectiva, basada en un simple telón teatral, el cual cambiaba de color según el matiz de cada canción. El cantante judío apareció ataviado con su impecable traje y su inseparable sombrero reafirmando esa elegancia que tanto le caracteriza. Cohen se acompañó de la misma familia que siempre lleva en sus viajes, su coro de ángeles formado por la vocalista Sharon Robinson y por las hermanas Webb, que completaron con sus dulces voces la gravedad y profundidad del maestro. Entre los miembros del grupo, encontramos también a un compatriota, el guitarrista español Javier Mas, pieza clave en la música tradicional de Cohen, que recurre frecuentemente en su obra a instrumentos populares como la bandurria, la guitarra española o el laúd.
                                                                                   

Leonard Cohen abrió el show con su habitual “Dance me to the end of love”, canción que fue coreografiada por dos bailarines mientras el canadiense iba entrando en calor. En esta primera parte el cantautor no consiguió hacerse del todo con el público, a pesar de interpretar temas memorables como “Everybody Knows” (magnífica la potente percusión añadida, un arreglo considerable que se debe destacar) o “In my secret life”.

Fue en la segunda mitad cuando Cohen llegó a tocar a la gente. En esta parte se mostraron más sentimientos y hubo mayor complicidad con los fans, quienes decidieron volcarse cantando y aplaudiendo en canciones como “Halleluja”, “Take this Waltz” o “So long Marianne”. Un aura religiosa cargada de intimidad gobernó sobre estos himnos que llenaron de satisfacción a todos los presentes. Sin embargo, también hubo espacio para momentos animados presididos por ritmos militares y reminiscencias sureñas con “The partisan” y “Democracy”. El recital, que parecía terminar con la despedida de Leonard en “Closing time”, se prolongó bis tras bis para acabar concluyendo con una digna versión de “Save the last dance for me” conmovedora balada de los Drifters.
 

Ya quedan pocos halagos para este Matusalén musical de 78 años que tanto ha conquistado. Leonard Cohen es un ejemplo como artista, una influencia obligatoria, un referente en la poesía moderna, un hombre educado, un transmisor de la cultura, en definitiva, un señor con todas las de la ley.

viernes, 20 de julio de 2012

La Fundación de Asimov



Aprovechando mi última entrada literaria quiero dar a conocer aquí una saga de libros extremadamente originales e inteligentes, escritos por la analítica mente del genial Isaac Asimov, autor considerado por muchos como el rey de la ciencia ficción, no en vano se trata de un bioquímico. De la amplia bibliografía de este prolífico escritor (casi todas sus obras gozan de una gran calidad y son altamente recomendables) quiero recomendar la que posiblemente es su saga más famosa e influyente en el mundo de la ciencia ficción, con el permiso de "Yo, robot"y sus tres leyes de la robótica.

Me refiero, por supuesto, a su famosa trilogía de "La Fundación". Aunque esta amplia saga consta de siete novelas principales, así como de varios relatos cortos, mi crítica va a centrarse en la saga clásica original que Asimov escribió durante los años cincuenta, conocida por los fans como "Ciclo de Trántor" y compuesta por los siguientes libros:

1º) Fundación (1951): Primera novela sobre La Fundación. Relata las comienzos del largo camino de la Fundación hacia la creación del Segundo Imperio Galáctico.

2º) Fundación e Imperio (1952): Segunda novela sobre La Fundación. Cuenta la colisión del Imperio con la Fundación y su posterior caída y muerte.

3º) Segunda Fundación (1953): Tercera novela que con Fundación y Fundación e Imperio, constituyen la clásica Trilogía de la Fundación, o Ciclo de Trántor. Esta trilogía fue originalmente publicada por entregas (son relatos cortos) en la revista Astounding Science Fiction de John Campbell y galardonada con el Premio Hugo (1966) a "la mejor serie de ciencia ficción de todos los tiempos". Estas tres novelas pueden ser leídas independientemente del resto de la Saga.

Para empezar, quiero dejar claro que soy un gran admirador de la ciencia ficción, sobre todo, cuando ésta está bien hecha y se preocupa de mostrar explicaciones plausibles, no dejándose llevar demasiado por la fantasía ni tratando al lector como a un niño de cinco años. También he de confesar que la historia me apasiona igualmente, sobre todo la referente a la cultura clásica. Algunos os estaréis preguntando por qué expongo mis gustos y alargo el texto con ellos, pero es que vienen muy a cuento, porque en esta obra en particular, encontraréis ambas cosas. La Saga de la Fundación surgió como un homenaje al Imperio romano llevado al espacio, una historia paralela que cuenta la caída de una gran civilización gobernadora de todo el universo.

Dicho esto, intentaré explicaros el intrincado argumento sin cometer ningún spoiler, tarea complicada, por cierto. La historia comienza con un brillante científico llamado Hari Seldon, un experto en la materia de la psicohistoria, ciencia que concilia la psicología y las matemáticas con el objetivo de conseguir descubrir las motivaciones psicológicas de los eventos históricos. Con este estudio, Seldon es capaz de preveer las reacciones de grandes masas basándose en su comportamiento social, lo que se traduce en una predicción de los acontecimientos futuros. Gozando de este conocimiento, el científico calcula la inminente caída del imperio galáctico. Viendo que es imposible parar el proceso, Hari Seldon se decide a minimizar los daños, reduciendo todo lo posible el tiempo de barbarie que seguirá a la caída del imperio.


 
Para ello, Seldon establecerá dos fundaciones científicas, cada una situada en los distintos extremos de la galaxia. Estos descendientes científicos tendrán como misión la restauración de una moderna civilización. El primer libro narrará las crisis a las que la primera fundación deberá enfrentarse, confiando en el plan maestro de Hari Seldon. En este libro no encontraremos un protagonista concreto, a medida que avancemos  descubriremos a una serie de políticos y comerciantes que tendrán que resolver los problemas de la fundación y dirigirla por el camino correcto, ya sea consciente o inconscientemente.

En la segunda entrega titulada "Fundación e Imperio" como ya menciona el párrafo de arriba, la Fundación entrará en un conflicto bélico con el decadente pero aún temible Imperio. Sin embargo, el elemento más atractivo de este libro aparece con la introducción de un personaje muy especial, un antagonista mutante apodado "el Mulo". La intromisión del Mulo no estaba prevista en el plan de Seldon, lo cual supondrá una amenaza que pondrá en peligro el equilibrio de la historia fijada. Personalmente, este libro me pareció el más flojo de la trilogía en una primera lectura, pero es al acabar el tercero cuando uno descubre cuán necesario es. Aquí Asimov da inicio a las mejores tramas, que terminarán por  desarrollarse en esa joya llamada "Segunda Fundación",  el culmen de la saga. Es en los últimos capítulos del segundo libro y en todo el tercero donde comencé realmente a engancharme y a valorar cada línea, cada diálogo y cada idea.

El último libro de la trilogía clásica de La Fundación llevará nuestra atención a la desconocida segunda fundación y a sus misteriosos miembros. El Mulo seguirá teniendo un papel en el argumento, pero sus acciones se llevarán a cabo por dos subalternos protagonistas. La narración está dividida en dos partes diferenciadas, con diferentes personajes, aunque en ambas se mantendrá el objetivo de localizar esa fundación oculta que forma parte del Plan Seldon. Asimov expone en esta novela toda la carga psicológica posible para crear varios rompecabezas mentales que a más de uno darán dolor de cabeza. Las sorpresas, las respuestas y el desenlace final vendrán después de varios esfuerzos mentales y de sucesivas vueltas de tuerca, y lo mejor de todo es que no hay ningún fallo, todo encaja perfectamente con los títulos anteriores, nada queda en el aire y la coherencia es completa. Sin lugar a dudas una obra memorable, para mí es en este cierre donde se descubre la grandeza de la saga, y por supuesto, del autor.  


Nada más me queda por decir, espero que mi breve análisis haya conseguido entusiamar a algún lector que se decida a abordar esta colección, imprescindible para cualquier seguidor de Asimov y necesaria para cualquier fanático de la ciencia ficción. Os deseo un buen verano y buenas lecturas. Hasta otra.










jueves, 14 de junio de 2012

La feria enferma


El alcance que tienen los largos brazos de la crisis y de la incultura no dejan títere con cabeza, se ve que estamos completamente sometidos o a lo uno o a lo otro. La literatura lleva ya demasiado tiempo aguantando duros golpes económicos debido, sobre todo, al abandono general de muchos de sus consumidores, quienes al parecer consideran un lujo o un muermo invertir su tiempo y dinero en una novela.

La feria del libro de este año no ha sido una excepción, el sector librero ha conseguido facturar tan solo 6,5 millones, casi un 20% menos que los resultados del año pasado. Ni siquiera figuras de la talla de Eduardo Mendoza, Claudio Gramis (invitado italiano,premio príncipe de Asturias), José Luis Sampedro, Francisco Ibáñez, Carlos Ruiz Zafón o Elvira Lindo han conseguido impulsar las ventas, a pesar de contar con un buen tiempo y una correcta organización.

La situación no es demasiado nueva y el resultado era predecible, la mayoría de los editores y libreros contaban ya con la bajada y con la racanería de los viandantes. Tampoco ha ayudado mucho al papel la difusión del e-book, artículo imprescindible para cualquiera que quiera fardar, estando a la última moda electrónica.

Personalmente, entiendo este rechazo consumista viendo el oscuro panorama que hay en nuestro país, es lógico ahorrar lo máximo posible y evitar cualquier gasto inútil. Lo que no me convence en absoluto es la falsa excusa de los precios caros, porque para empezar, como casi en todo, los libros pueden ser caros, baratos o prácticamente regalados, y si queremos utilizar este pretexto, apliquémoslo a todo y no salgamos de fiesta, no nos tomemos copas, no entremos a discotecas, ni compremos ropa nueva.

Considero mucho más probable que la auténtica causa, el motivo real que impide a la gente adquirir libros, sea su pereza mental. No puedo evitar ver reforzada mi teoría, en un curioso escenario con el que me encontré en la misma feria del libro. Caminando por el recorrido de las casetas del Retiro, me fui fijando una por una, en las filas de fans que esperaban para ver firmados sus libros por los célebres autores que por allí rondaban ¿Adivináis que famoso y respetable artista tuvo más éxito entre la multitud?¿Quién se impuso a las grandes mentes que allí se encontraban? Pues ni más ni menos que el hombre de negro del Hormiguero, seguido bastante cerca en segundo puesto por Boris Izaguirre, otro lumbreras.

Afortunadamente, también pude apreciar otros factores que me consolaron brevemente, como la generosa afluencia de gente que al menos se interesó por dar un paseo cultural en la feria, la hermosa exposición fotográfica naturalista o la inmensa diversidad de libros expuestos. Aprovecho pues, en este texto para incitar y apoyar la compra de libros, o por lo menos su lectura, porque soy de los que piensan que es saludable mantener una mínima cantidad de novelas, ensayos o artículos leídos por año, ayuda a que el cerebro se expanda y no se atrofie.

Ahora que se acerca el verano, esta puede ser una buena oportunidad para hacerse con un par de historias que nos amenicen los largos días de sol y playa, y ya de paso, aportar algo de ayuda a un sector enfermo que puede empeorar gravemente con el paso del tiempo.

"Estar a solas con un buen libro es ser capaz de comprenderte más a tí mismo".
 Harold Bloom.



viernes, 25 de mayo de 2012

Venganza y Justicia Divina


 Hacía tiempo que quería hacer un acercamiento literario sobre la obra de Alexandre Dumas, de una novela en concreto. La programación de TVE de la semana pasada me recordó este proyecto, gracias a la emisión de la miniserie " El conde de Montecristo" de 1998, protagonizada por el repugnante seboso y narigudo de Gérard Depardieu, reconocido actor tiempo atrás. Esta adaptación no es mala, goza de un reparto aceptable que cumple con su función, representando sin demasiada intensidad ni sosería los muchos personajes de los que consta el libro.
 

El punto fuerte de esta producción está sin duda en su extensión, ya que los 400 minutos que visualizamos en sus 4 capítulos nos permiten seguir la mayoría de las tramas, tanto las principales como las secundarias del conde, privilegio del que no disponemos en otras versiones por culpa de lo extenso de la obra. Sin embargo, este acierto es también su debilidad, pues al querer mostrar todo el contenido, nos encontramos momentos soporíferos, insustanciales y en general prescindibles, propios de una telenovela.

Pero como ya dije, mi interés de este post es literario, así que voy a ir dejando los proyectos audiovisuales a un lado (ya los trataré en mi otro blog si tengo tiempo) y me voy a centrar en realizar un análisis del texto de Dumas. El conde de Montecristo nos narra una historia clásica de venganza, de hecho, es la historia de venganza clásica por antonomasia (sin contar con las tragedias griegas) mejor recordada de toda la literatura de estos últimos siglos. El autor hace una profunda inmersión en la obsesión de un hombre, en una necesidad que le corroe por dentro, que se ha convertido en el núcleo de su vida, en su razón de ser.

El sentimiento de injusticia es uno de los más viscerales que surge en un hombre, como decía Thomas Carlyle "Es el sentimiento de injusticia lo que resulta insoportable para todos los hombres. Ningún hombre puede ni debe soportarlo". Esta aversión común ante la injusticia es la que nos hace compartir el plan de Edmundo Dantés. Sin embargo, no sólo la venganza se apoderará del protagonista, también la duda hará su acto de presencia. Estos dos elementos serán los que conformen la lucha interna de Dantés, quien en ocasiones no sabrá muy bien qué camino elegir, el del perdón y la comodidad o el de la venganza implacable y el riesgo a ser descubierto.

 

El abad Faria, personaje secundario, breve pero intenso e imprescindible hará de tutor y será lo más cercano a un amigo que tendrá el héroe de la historia, pues el conde de Montecristo no dispone de amigos, sólo de sirvientes, ya no hay tiempo que dedicar a la amistad o al ocio. El abad enseñará a su compañero a analizar, a razonar fríamente y a combatir de forma veloz, también desvelará ciertos secretos que más adelante serán de mucho provecho en la narración.

La evolución de Edmundo Dantés desde el principio hasta el final del libro es un buen estudio antropológico de la voluntad humana y del deseo. Así, el libro comienza con un marino ingenuo y bondadoso que se ve envuelto en una traición cometida por dos amigos, los cuales le someterán a un largo encierro en el castillo de If. El tiempo y la experiencia producirán una transformación en el protagonista, el cual pasará por una auténtica metamorfosis, para salir convertido en un hombre frío, culto, calculador e infatigable conocido como el conde de Montecristo.

Además del cambio humano vivido por el protagonista, es interesante resaltar el cambio social y económico que llevan a un preso desesperado a ser un conde millonario y poderoso. Este giro de la fortuna brindará a Edmundo la oportunidad de disponer de todos los medios posibles para llevar a cabo su maquiavélica venganza. Pero esta empresa no será fácil, el camino será largo y estará lleno de obstáculos, la soberbia irá corrompiendo al conde poco a poco, quien actuará como un dios justiciero. Al final se descubrirá que ningún mortal puede fijar el destino de sus semejantes sin sufrir alguna pérdida a cambio.

Recomiendo esta novela a cualquier persona que se considere un romántico y que busque aventuras en la Europa bonapartista del siglo XIX. Que no os echen atrás la cantidad de páginas que contiene la novela, no hay necesidad de acabarla rápido, porque amigos, como ya bien sabéis, la venganza es un plato que se sirve frío.

sábado, 5 de mayo de 2012

Parlamentarismo y nazismo



Lo visto en la película documental El triunfo de la voluntad de Leni Riefenstahl muestra un ejemplo claro de producción propagandística que intenta ensalzar los valores de la nación alemana. En la cinta se tiene como objetivo expresar el poder del Estado Alemán y el amor de su pueblo hacia él. Para ello se recurre a las movilizaciones masivas de ciudadanos y soldados además de incluir los mítines políticos, elaborados con una gran preparación y ceremonia.

Hay un claro concepto de orden y liderazgo que la película intenta transmitir, presentando el régimen nazi como la forma de gobierno perfecta, que nunca falla, como el engranaje de un reloj. Esto es posible cuando se tiene a una masa perfectamente dirigida y controlada, en este caso por un ideal fanático y un exaltamiento folclórico. Hay un absoluto control del partido, quien está al mando de todos los poderes, no hay ningún reparto porque a diferencia del Estado liberal, lo que esta forma de gobierno pretende no es limitar al Estado, sino todo lo contrario.

 Como muchos de nosotros hemos aprendido en clase, el Estado liberal surgió tras una época de despotismo que desgastó la política hasta límites insospechados, provocando descontentos sociales que acabaron en revoluciones violentas. El liberalismo ha luchado siempre por la igualdad, por una representación completa que defendía los derechos de todos los ciudadanos. Con Hitler podemos observar justamente un retroceso a ese tiempo despótico que gobernaba en el Antiguo Régimen, sólo que esta vez está amparado bajo la institución de un partido político (hay también cierto paralelismo con el imperialismo napoleónico).


El parlamentarismo promueve la democracia basándose en la discusión y en un carácter público y abierto. Estas bazas justifican un sistema justo capaz de conseguir una selección de políticos de éxito. Sin embargo, en el caso de la elección democrática de Hitler, puede comprobarse como este sistema no es perfecto en absoluto y no garantiza a unos líderes competentes.

Hoy en día, a pesar de haber transcurrido un tiempo, tampoco gozamos de un parlamentarismo perfecto. De hecho, el carácter público y abierto se ha convertido en un mero adorno artificial, carente de sentido, pues los diputados mantienen estrechos vínculos con sus partidos a la hora de manifestar su opinión. Volvemos de nuevo al control partidista, a la lealtad y al sectarismo autoritario del partido y de sus líderes, quienes también utilizan propaganda y campañas de difamación a través de los medios de comunicación. 

Teniendo en cuenta todos los factores que he analizado, no vendría mal mantener una actitud más abierta a otros tipos de sistemas políticos o formas de gobierno. Elegimos lo que creemos que es menos malo sin ni siquiera contemplar otras opciones, la estabilidad en la que vivimos no es tan firme como la gente cree y en nuestras vidas cada vez vamos cediendo más y más nuestra libertad a favor de unos simples políticos egoístas.

lunes, 26 de marzo de 2012

Historia y origen del roscón de reyes

 

El otro día, caminando despreocupadamente por la calle Alcalá, me paré frente al Animari para contemplar un cartel que ya me había llamado la atención anteriormente, pero que no había leído. Dicho cartel venía acompañado de una sabrosa y detallada imagen de un enorme roscón de reyes. Como ese día no tenía demasiada prisa, me paré y comencé la lectura del breve pero interesante texto.

El cartel aclaraba cual era el origen real del roscón de reyes y explicaba a su vez la tradición simbólica de dicho alimento.Como ya habréis supuesto, no tiene absolutamente nada que ver con las fiestas navideñas, al menos directamente. Esto ha sido un invento relativamente reciente a la par que consumista para vender en exceso y llenarnos la tripa.

En su origen, el roscón de Reyes no tenía nada que ver con tal día, ni siquiera con la Navidad, es más, ni siquiera con los niños. En realidad, el origen del roscón de reyes se remonta a la época romana, en concreto a unas fiestas, Las Saturnales, o “fiesta de los esclavos” que se celebraban a mediados del mes de diciembre en honor al dios Saturno, deidad de la agricultura, y lo que se celebraba era el fin del período más oscuro del año, luego llegaban la “fiesta del Sol” hasta final de mes, en que celebraban el nacimiento del nuevo período de luz, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de Invierno), era el periodo que significaba el final de los trabajos del campo, finalizada la siembra de invierno, los campesinos, incluidos los esclavos tenían tiempo para descansar y reponerse del esfuerzo y se les premiaba con unas tortas redondas, hechas con higos, dátiles y miel que también se repartían entre los pobres.
 

En las tortas, se escondía un haba seca que representaba la prosperidad, quien la encontraba, si era esclavo, quedaba libre ese día, además de pasar a ser tratado como un rey.En el siglo IV la Iglesia institucionalizó el día de Reyes en Occidente y esas fiestas paganas se convirtieron en cristianas, quedando en el olvido que el origen de las mismas, fueron las fiestas del solsticio de invierno.Y mientras la costumbre empieza a perderse por otros sitios, en Francia la fiesta se empieza a celebrar, aunque ya los protagonistas son los niños.

El día 6 de Enero, se celebra la fiesta llamada Le Roi de la Fave, (el rey del haba). Ese día se elaboran dulces y se esconde dentro un haba, el niño que la encuentra se le nombra Rey de Reyes, se le ofrecen regalos y durante ese día es mimado por todos.Y llegamos al reinado de Luís XV. En la Corte, un cocinero de origen eslavo, quiso hacerle un regalo al Rey el día de Reyes (el rey Luís XV comenzó a reinar con 5 años, aunque la regencia la ostentaba el Duque de Orleáns) y le preparó un roscón tradicional de su tierra, pero con una sorpresa en su interior: y es que resulta que en colaboración con otros miembros del servicio del rey había comprado un medallón de de diamantes y se le ocurrió ponerlo dentro. El rey Luís XV, niño al fin y al cabo, quedó encantado con el dulce y se dedicó a propagarlo entre la aristocracia francesa y europea, eso sí, con una moneda dentro en vez del medallón de diamantes que a él le habían regalado.

En España, fue el rey Felipe V, tío de Luís XV, quien lo introdujo y muy pronto, se fue convirtiendo en una de las costumbres más populares.Y poco a poco la costumbre fue pasando de los nobles al pueblo llano, siendo Madrid y Sevilla las ciudades más importantes en adoptarlo y perfeccionarlo si cabe. Y luego, poco a poco, se fue extendiendo por todo el país y por sus colonias (sobre todo México).Pero en el camino había perdido, digamos su origen; El Haba, hasta que los reposteros catalanes la incluyeron de nuevo por su significado, puesto que el haba simboliza la regeneración, el resurgir de la vida, el año nuevo.Y es en el siglo XIX cuando la moneda se empieza a sustituir por una figurita.Y ya llegamos al significado actual: La persona que recibe en su pedazo de Roscón la figurita, tendrá suerte durante el año nuevo, ya que los Reyes Magos le conceden protección. En cambio, el que recibe el haba tendrá que pagar el postre.


En este tiempo de crisis y de egoísmo no nos vendría mal dejarnos insuflar el auténtico espíritu que acompañaba antiguamente al dulce, y tratar a la gente, aunque sólo sea por un día, con dedicación y respeto.Tampoco viene nada mal tratarse a uno mismo como un rey de vez en cuando, los caprichos hay que aprobecharlos.